Habrá una vez y varias veces más, los domingos a las 17:00 h, un hermoso reino llamado Suprema Confritas. Entre las torres de piedra y los frondosos jardines, los corredores de mármol y el trono de oro del palacio, habita la familia real más desopilante que pueda existir. En nada se parecen a los renacentistas Carlos I o Felipe II, o a los fastuosos medievales Arturo I, II o III. Ellos prefieren comer panchos, en lugar de Rollès de fogú gratinados.
El príncipe William está feliz de no competir estéticamente con el príncipe Mondongo Confritas, ya que éste no puede ser más feo de lo que es. Cansado de ser rechazado por todas las princesas, pasa sus largas noches llorando frente a su espejo de marfil, preguntándose el porqué de su fracasado levante. Claro que su ordinaria y sobreprotectora madre, la Reina Jeniffer Yamila Yolanda Shalom Om Faina (I y única) se desvela por elogiar su imagen. Pero este inocente joven príncipe está tan preocupado por su figura, que no puede ver o aceptar el amor incondicional de Marta, la sirvienta personal de los reyes, quien está perdidamente enamorada de Mondongo. Pero claro, ella es tosca y torpe, malhablada e ignorante, y no posee la deslumbrante belleza de las princesitas que el príncipe desea.
El rey Nicolao Eduardo IV obedece un sanguíneo mandato imperial: proteger un poderoso y mágico talismán, codiciado por miles de mortales. Este domingo una trucha princesa de China, la princesa Ce-Chú, hará lo imposible para obtener ese poder. Hará incluso el mayor de los sacrificios: casarse con el espantoso príncipe Mondongo. Y llevará a cabo su maléfico plan con la excusa del feliz cumple del rey.
La llegada de Ce-chú al palacio inquieta a los reyes, que le piden ayuda al protocolar, un educador de buenos modales, para que los transforme en una verdadera familia de la realeza. Habrá que ver hasta cuándo se puede sostener esta farsa y las consecuencias de tener que aparentar ser quienes realmente no son.
Cuando Mondongo se entera de que la hermosa Ce-chú se aparecerá en el palacio, y harto de ser rechazado, se propone robarle al rey el talismán para poder convertirse en una persona bella.
Su ambición, la de la princesa y la farsa de la familia generarán desopilantes situaciones y un terrible acontecimiento, ya que el talismán sólo debe ser usado por el elegido, porque si no, podría convertir en un ser malvado y cruel a quien lo lleve puesto. O peor aun: podría convertirlo en piedra para toda la vida.
El castillo de Suprema Confritas abre sus puertas de roble, para invitar a toda la familia a esta mágica aventura, llena de acción y humor, de sinfonías y danzas. Déjese llevar por el cortejo protocolar del teatro El Bululú y conozca a Los Exitosos Confritas.
